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COSTA RICA 1422

Estoy en el balcón de casa y cruzando el boulevard puedo ver el edificio de Costa Rica al 1422.
Siempre intento encontrar patrones en las ventanas de cada piso. Ver qué se repite o qué rompe en la armonía pero nunca lo había visto así, no hay ninguna persiana baja, todos con alguna ventana abierta que deja que el aire entre y de repente, hay una masa de concreto con vida dentro, ya no es más un panal abandonado, ahora lo que hay es un montón de gente haciendo lo que no deberían haber dejado de hacer nunca. Vivir.

Desde el último al primer piso puedo ver distintos escenarios con realidades iguales.

 

Es que el mundo está en casa. 


Miro en el quinto piso y veo al nene de 6, Mateo, el que siempre me cruzo en la plaza cuando voy a leer y por primera vez lo veo con su papá, porque siempre está con Beatriz, su niñera.

Están los dos jugando en el sillón de casa, el sol les entra por la ventana e ilumina el torso blanco del nene que vuela por los aires cuando su papá lo arroja en calzoncillos. Las carcajadas de ambos se escuchan desde el otro lado de la calle y yo pienso que quizás es la  primera vez que mateo puede jugar 5 días seguidos con su papá. Pienso que capaz es la primera vez que lo ve despeinado y sin olor a perfume un día de semana.

Me doy cuenta que para Mateo es lo mejor que le pudo pasar. Sé que no olvidará nunca más los días de cuarentena, sé que serán los mejores de su infancia .


 

Miro a la pareja de al lado desayunando, ahí en el mismo quinto y se nota que anoche hicieron el amor 10 veces ó más. Estuvieron toda la noche pegados pero aún así puedo ver dos mates sobre la mesa porque piensan que son responsables. Se están mirando, sienten que pueden vivir de cuarentena, se dan cuenta que encontraron la persona indicada. No dicen nada y por ahí se sonríen. Se gustan tanto que les importa un carajo si se muere medio plantea. Se sienten agraciados de compartir los instantes más íntimos por ratos prolongados. Hacer realidad el sueño de pensar “ puta madre quiero que esto dure para siempre” y caer en la cuenta que tienen doce días más para hacer todo lo que la rutina impide.
 

La antítesis está justo en el piso de abajo a lo de Joaquín. En lo del doctor y la maestra. Según me comentó Beatriz en el banco de la plaza el tipo la caga a trompadas.
“Se escucha como él la empuja contra los muebles, es terrible” me decía Beatriz el otro día.
Los miro, ella está en el balcón, en la puntita del balcón hablando por teléfono. El médico está dentro de la casa porque tiene cáncer y es de los vulnerables según dicen.

Miro y veo en su cara lo terrible que es vivir así, está afuera porque si levanta la voz él se calienta. Por dentro pienso la tortura que debe ser tener que compartir 14 días con alguien que significa una amenaza. Con alguien que en algún momento elegiste. Saber, que en catorce días le van a pegar al menos 6. Pensar que en 14 días le pueden pegar 14 veces o 28, quién sabe.
No querer tener sexo, tener que hacerlo. No querer cocinarle, tener que hacerlo. No poder ver la novela de la siesta porque él va a ver el especial del mundial del ´78. No poder darse un baño de inmersión porque él la acusa de desperdiciar agua.

No poder tejer porque no puede pensar en otra cosa que no sea el dolor de espalda de la paliza de anoche.

 

Querer tener corona virus sólo por salir de ahí.

 

El rasta del tercero, fuma porro y toca la guitarra. No cambió nada.

El portero barre la vereda y manguerea. Se detiene, hace un comentario, dobla la muñeca y la acomoda en la cadera y le dice al portero de al lado que él en su casa se baña sólo con jabón blanco.
El otro portero va por el quinto pucho del día, pero le dice que sí, que todo esto es una cagada.

 

La vieja del primero sigue jubilada pero ahora se puede preocupar más por la salud de la familia y el resto le atiende el teléfono por no tener otra cosa que hacer. La verdad es que el corona le vino de puta madre.

 

La que me gusta del tercero, que no me ve porque yo estoy más arriba descubre lo chico que es su monoambiente. Lo encerrada que se siente, pasó el primer día viendo películas y se nota que ya no es tan divertido. Es arquitecta y recién ahora se dio cuenta que la casa es mucho más que un lugar para comer y dormir.
Hace un rato hizo un vivo de instagram medio llorando y se cuestionaba por qué nunca quiso tener plantas o mascotas, dijo que se percató que su vida era más la oficina que su propio hogar, el lugar el cual paga mes a mes por estar y jura, recontra jura que diseñará casas que tengan algo más que cuatro paredes, que tengan alma.

 

El chino de abajo está abierto pero no le vende a nadie.

 

El Salteño, un estudiante que siempre hace asados con amigos no tiene sillón y está sentado en una silla entonces se para, camina un rato y se sienta de nuevo, da vueltas. Va, abre la heladera y vuelve sin nada. Nota que ya no sabe leer libros, nota que no sabe lo que es hacer ocio. Durmió el primer dia mucho y tras ello la noche fue re larga. No tiene cable. No tiene wifi porque según me contaba Beatriz pagaban solo un módem por piso entonces Fibertel lo dió de baja a todo el mundo.
Notará que su casa lo angustia, que siempre buscó estar con amigos para no sentirse solo y que no hay nada que le llene de felicidad el alma.


 

Nadie puede escapar al encierro. Nadie puede evitar ver cómo se siente.
Nadie puede dejar de pensar qué pasa si se infectan todos. Todos notamos y resaltamos lo que en nuestra vida no funciona. Nos criticamos, hasta nos planteamos un mundo mejor.
Nos creemos más en coherencia por sentir que todos estamos viviendo lo mismo.
Creemos que algo va a tener que cambiar.

Sentimos la soledad en muchos casos por primera vez. Algunos están muy preocupados en generar ideas a como salir de esta o beneficiarse. Otros, pensamos que sería de esto si la cosa fuese peor si durara más de 14 días si durara 2 o tres meses y en algún punto nos alegramos de que esté sucediendo. Cuál sería el nuevo equilibrio a nivel mundial?.
Al menos, sería un mundo distinto.

Un nuevo mensaje que se gesta.
Y mi mamá siempre nos decía, los que se adaptan seguirán, los que no. Quedarán.

COCHO CONTIN

Todas las palabras fotos y videos son de mi propiedad. Podés tomarlas si me avisás.

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